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Vacunas, principal herramienta de prevención

Actualizado: 15 jun 2020




Por años han existido versiones encontradas sobre la vacunación y su efectividad. Sin embargo, con el tiempo se ha podido demostrar que las vacunas son totalmente seguras y confiables, por lo que se recomienda a la población mantener al día su calendario de vacunación.


Actualmente, un niño puede estar protegido de contraer un total de 14 enfermedades si se le colocan las dosis recomendadas en el momento indicado de acuerdo al itinerario de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). De ahí la importancia de mantener el calendario de vacunación al día. Si su niño no tiene las dosis de vacunas adecuada, se expone a contraer enfermedades como la influenza, la tos ferina, el sarampión, la varicela, la meningitis, entre otras. No tener el calendario de vacunas al día también podría ser un inconveniente a la hora de matricular a los niños en la escuela o en algún centro de cuido.


Las vacunas son seguras y efectivas para la mayoría de la población, aunque algunos efectos secundarios pueden ocurrir en ciertos pacientes. No obstante, estos efectos suelen ser leves y de muy poca duración. Algunos pacientes pueden presentar irritación o dolor en la área de la inyección. Incluso, estos malestares pueden ser controlados con algún remedio casero sencillo. En raros casos, algún paciente puede experimentar efectos graves como alergias severas.

Tal vez, se preguntará por qué hay que ponerse varias dosis de vacunas y la respuesta es sencilla. Es que a través de esas dosis el cuerpo crea el nivel de inmunidad suficiente para combatir estas enfermedades.


Otro dato importante es que no existe ninguna relación entre las vacunas y el autismo, como se especuló en décadas pasadas debido al contenido de timerosal, un preservativo que contiene una aleación de de etil-mercurio que estuvo en algún momento presente en algunas vacunas. Tampoco hay relación entre la vacuna contra el sarampión, paperas y rubéola, y el autismo.


Pero las vacunas no solo son importantes para los niños, sino que también hay otras poblaciones que también deben prestar atención a la vacunación. Éstos son las personas mayores de 65 años, mujeres embarazadas y personas con condiciones específicas como la diabetes. En el caso de personas mayores, esta es la forma en que se puede prevenir enfermedades como infección neumocócica, influenza, entre otros. Las mujeres embarazadas también deben protegerse de complicaciones asociadas a la influenza. Vacunarse contra la influenza durante el embarazo asegura la transmisión de anticuerpos al bebé, quien no podrá recibir la vacuna hasta los seis meses. De forma similar la vacuna Tdap en el último trimestre protegerá al bebé de la letal tos ferina.


Las vacunas representan un gran avance en el campo de la salud, cuya efectividad e importancia han sido comprobadas con estudios e investigaciones que expertos han comisionado a través de los años. La clave es la orientación y la prevención para asegurar que la población esté debidamente protegida e inmunizada ante las enfermedades peligrosas a las que estamos expuestos.

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